
Llegó la mañana y como todos los domingos el sitio de encuentro es el estadio de Medellín. Ahí está ese hombre que es un mago para niños, un artista para grandes y una distracción para ancianos. Él llega, se posesiona del lugar como si fuera su oficina o el más famoso de los talleres de la ciudad; se acomoda y saca todos sus implementos; aerosoles, espumas, trapos, moldes, papeles, bisturí y cartón.
La gente con expectativa espera a que comience a dibujar con los aerosoles. Él comienza su trabajo con mucho ánimo y poderío como si fuera un Picasso de los últimos tiempos; con gran agilidad utiliza los aerosoles al mismo tiempo que va jugando con sus manos para hacer las sombras, en cuadros donde sí hay cabida para un mundo lleno de fantasía, donde dibuja unicornios, planetas y paisajes llenos de vida; los niños se quedan atónitos frente a lo que ven como si fuera una de las películas de Disney, la gente no se cansa de admirar a cada segundo exclamando; ¡Cómo hace!, ¡Que belleza!, ¡Es un artista!.
Cuando termina el cuadro la gente lo ovaciona, y ahí comienza un juego donde tanto el público como el dibujante disfrutan, pues él advierte a la gente que participe en una rifa de 500 pesos y el que gane se puede llevar un cuadro, las personas no lo piensan ni dos veces, los niños antojados le piden a sus padres que participen; después de que su esposa reparte los números, él con su habitual humor pide que meta la mano a la bolsa " alguien inocente", las personas ilusionadas de ganar son pendientes del número elegido al azar, cuando el niño saca el número; su esposa con voz alta lo dice, la gente con ansias lo busca y el ganador con una gran sonrisa dice: ¡Es el mío!.
Así Jorge Martínez va dibujando cada uno de sus cuadros con la misma energía y creatividad como si fuera el primero, al tiempo que va interactuando con la gente abriéndoles las puertas de su vida y recordando todas las experiencias que ha tenido desde su niñez, demostrando sinceridad en su voz y orgullo por lo que hace.
Este hombre nació en una familia con grandes problemas económicos, como él mismo dice no tenía de esos padres que sólo era abrir la boca para que todo se lo dieran, porque los suyos eran de verdad muy pobres; entonces siempre luchó sólo para salir adelante, y con esa tenacidad que lo caracteriza es como logró convertirse en un contador público, profesión la cual lo convenció y lo llevó hacia el camino de lo que hoy por hoy es un "artista popular".
Cuando él terminó su carrera, trabajó con muchas empresas muy buenas de Medellín, pero ese oficio lo aburría mucho, porque le parecía que el que se ganaba lo justo no era él, si no los que estaban arriba y no hacían mayor esfuerzo y esto lo desmotivaba, porque según él, era mucho trabajo y un horario que cumplir, cosas que no soporta.
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